Qué es un seguro

Todos somos unos aventureros y no somos conscientes de ello. Cada día nos lanzamos a una aventura que no sabemos cómo nos sorprenderá. La mayoría de días conseguimos superarla con éxito, pero hay otros en los que nos hemos topado con alguna cosa u otra más complicada de lo habitual.

Cada día nos exponemos a muchos riesgos sin saber cuándo aparecerán, por eso necesitamos estar seguros frente a lo que pueda suceder. Es inherente al ser humano querer una estabilidad y seguridad. Ahí es donde el seguro entra en juego, ya que nos permite que seamos compensados de las consecuencias económicas ante una pérdida.

El seguro no es más que un contrato entre la entidad aseguradora y la persona que lo pide para que se le cubra lo asegurado con la prestación convenida si hay un imprevisto. Mediante el pago de una prima se le contrata a la aseguradora el riesgo del que quiere ser protegido el comprador. Los fondos de todas las primas aportadas por el conjunto de personas que han contratado el seguro se destinan a satisfacer los siniestros que puedan ocurrir. Así que, a grandes rasgos, esto es un seguro.

El seguro según la Ley

¿Quieres que seamos más serios y exhaustivos en la definición? Pues la Ley de Contrato de Seguro en su artículo 1º dice que un seguro es: “aquel contrato por el que el asegurador se obliga, mediante el cobro de una prima y para el caso de que se produzca el evento cuyo riesgo es objeto de cobertura, a indemnizar, dentro de los límites pactados, el daño producido al asegurado, o satisfacer, dentro de los límites pactados, el daño producido al asegurado, o satisfacer un capital, una renta u otras prestaciones convenidas”.