Quién interviene en un seguro
Sobre quién interviene en un seguro, como en cualquier contrato, hay diferentes tipos de personas. No sólo puede haber dos partes en el acuerdo sino que muchas veces suelen aparecer más figuras. El comprador del seguro –denominado tomador– va al asegurador –que suele ser una entidad de seguros o aseguradora- para contratarlo y pagarlo. La aseguradora asume el riesgo en cuestión y por ello cobra una prima o cuota. Hasta aquí todo normal. Pero hay dos tipos de figuras más que pueden intervenir en un seguro: el asegurado y el beneficiario.
El asegurado es la persona que está expuesta al riesgo y que le corresponden los derechos del contrato para recibir la indemnización. El tomador puede haber contratado un seguro a una persona próxima con la intención de cubrirla de un riesgo.
Pero aún puede haber otro tipo de perfil que forme parte del seguro, el beneficiario. Éste es designado por el tomador para que perciba la indemnización pactada en el contrato. El beneficiario suele tener un vínculo personal o económico con el tomador o el asegurado, aunque también puede ser que no exista tal vínculo. Un ejemplo lo encontramos en los seguros de vida, ya que la muerte del asegurado provoca que el beneficiario sea quien cobre la indemnización.
Como ves, en el contrato de un seguro entran en juego dos o más personas. El tomador, el asegurado y el beneficiario del seguro pueden ser una misma persona o tres personas distintas.